Televisor
Estoy enredado en la enfermedad terminal que es la vida, intento saltar la cuerda pero los aranceles que debo pagar son muy altos para la suerte que heredé de aquellos que supieron amar a mi parecer. Hoy sólo cierro los ojos y veo nada, la nada son las manchas rojas y azules que me dejan pensando en acelerar lo más corto que tengo (y no tengo muchas cosas) algunas maderas, un poco de cuerdo y a veces algo de seda, quizás también tu amor, y un viejo televisor que me dice la hora.