Otra noche más donde adentro hace más frío que afuera, donde más duermo y más pesadillas sufro, donde más tardan las horas, casi congeladas como mis dedos que desearían poder explicar un poco más cuando agarro la takamine.
Otra noche que mis actos ya les había adelantado y que ya había invertido tiempo que no volverá.
La multitud sólo clavó la madera, soy el único que puede enterrarme por completo, y con la pala en la mano mis lágrimas alimentan la tierra infértil de esperanza, cuando la naturaleza se muestra en estado puro y sus armas más genuinas y letales son los sentimientos no queda más que estrecharle la mano al viento, y usar nuestros mismos actos sin justificar los medios para vernos en nosotros mismos.
A veces siento empatía y me agarra un poco de rencor de quienes siguen utilizando personas para reflejarse ellos mismos, como a veces, siento tristeza al darme cuenta que soy inmune a los transmisores de todo aquello que no quiere convertirse en recuerdos.
Otra noche más pero pude componer una canción, es sobre vos, sobre mi, es tuya y a la vez mía, es nuestra.
Mis cuerdas vocales utilizaron todo el tiempo que era para agredir y lo transformaron en canciones en la ducha, antes de dormir, en la mañana y en cada rincón en el cual no soy nadie, no tengo nombre, mi alguna vez lo tuve.
Si, estoy cantando demasiado lindo, tocando muy bien, y todo solamente para mi.
y hoy solo quiero compartirlo con vos, porque te amo, y no hay nada que yo pueda hacer si no te tengo.
Hoy en este preciso momento de una nueva vieja noche más sólo sé que en mi mundo ya es tarde, y siendo quien sabe eso, tu tiempo tan valioso para mi, transforma tu noche en la madrugada de un día que temprano será para quien sepa marcarse los tiempos. El tiempo no depende de nada, solo de tiempo.
Es por eso que respeto tu tiempo y tus marcas, no lo tomo porque yo ya tuve el mío y ahora que lo dejé escapar jamás va a volver. Porque el tiempo siempre está, no se va, y si ya no hay entonces no hay nada.
la nada también depende del tiempo.
