Podés dejar de confiar en mí como yo puedo dejar de confiar en mí, y por eso nos mantenemos.
Anoche descubrí que lo que en verdad quiero no es necesario y no es más que solo el efecto húmedo del calor de tus tejidos atentos para mi tacto todas las noches que sea posible dormirme entre tus sentidos y despertarme con miedo de que el tiempo vuele. El sonido del silencio existe cuando la incomodidad abruma los pensamientos e inunda los momentos como mis ojos que rebalsan cuando no puedo asimilar que siempre, pero siempre, lo legal es más lento.
Confieso que soy consciente que cuando caiga la tarde con ella caerán mis ideas, confieso que tardaré, confieso que lo quiero hacer y también confieso que no lo quiero hace, ¿Cómo es posible estar seguro de que mis actos futuros en realidad son la reencarnación de mis malos momentos levantándose con estandartes que afirman que todos los días un poquito más, puedo ser libre de mi mismo.