Yo sabía que ya lo sentía, pero cuando me miraste a la cara con la mirada firme pude comprender como fue que el destino se fue entreteniendo con mis sentimientos y como pudieron dominarme ellos a mi de manera que jamás sospeches que estrella comanda la galaxia. Sutiles fueron mis miradas ante tus interrogantes, demostraste tus intenciones más rápido que mi rapidez. Morí.
Me dominó el asombro y las puertas que me mostraban los nuevos caminos, las ventanas que se abrían y el ciclo vivaz, quizás fue esa la hora entender que en realidad yo quería todo pero no hacía nada y vos hacías todo pero no querías nada. ¿Acaso realmente soy sólo un número? no te alcanzan mis morisquetas para comprender mi fin? tengo fin? paro de preguntar. conozco. vivo. disfruto.