martes, 15 de diciembre de 2015

Después de ayer

Esta mañana siento que es para mi, esta mañana te siento respirar en mi cuello.
Esta mañana necesito abrirme, pero esta mañana mueren conmigo las plegarias de tu amor.
Cada risa resuena en mi cabeza, cada sonrisa en mi mente y cada palpitar en mi alma. Son esos cosquilleos que sentía cuando era pequeño y estaba llegando, tarde, pero llegando.

La niebla y el montón de melodías que dejaban los pájaros en el aire era lo único que necesitaba captar para entender que todavía estaba acá, y que, nadie nunca jamás podría librarse de ello ya que no eran sólo que polvo que se juntaba en el abismo de mis sentimientos para relacionarse con mi cabeza. No puedo creerlo, no puedo más.

Puedo un poco más

Puedo