martes, 20 de diciembre de 2016

Precios

Vuelvo a pasar por la meta que no me lleva a nada porque ya completé el circulo vicioso, el tiempo no traiciona cuando de aplastarnos se trata, el tiempo no se traiciona cuando de traicionarnos se trata.
Cada cual está donde se merece y las lineas de energías que trazan un camino no hacen más que crearnos como dioses de nuestro mundo, de nuestra vida y por lo tanto de lo más importante y el sentido de la misma, la muerte.
El mundo no cambia, sólo estamos viendo la habitación desde los diferentes cuatro rincones.
Todo tiene un precio, y hacerse cargo no es más que leer la boleta, porque tarde o temprano llega la carta escrita por la mano que mueve las piezas en el tablero, yo no quiero que se vayan antes no me quiero quedar solo, porque cuando me dieron la espalda en el funeral no hicieron más que hundirme entre la congelada nieve que tapaba mi reflejo, y ya nada tiene sentido si no existe el pilar, la importancia, y el camino hacia el destino.
Sin camino no hay destino, y sin destino no tiene sentido trazar el recorrido.

Hoy vuelvo aquí para refugiarme en el arte de desnudarse, arte que solía hacer cuando creía que podía ser relevante para los recuerdos de mis creaciones más preciadas, ahora soy sólo el padre a quien su hijo dejó por un auto, una fiesta, y la verdadera familia, que es la que se elije.